Prostatitis crónica: síntomas y tratamiento

La prostatitis aguda puede volverse crónica y es considerada como tal cuando se alarga en el tiempo por más de tres meses. Suele ser debida a una infección bacteriana o incluso venir de alguna otra como una infección urinaria, epidemitis, uretritis o, como hemos dicho, de la prostatitis aguda.

Se estima que al menos un 35% de los hombres mayores de 50 años pueden tener prostatitis crónica. El riesgo es menor a mayor edad, así en hombres mayores de 30 años el riesgo aumentará.

Hay ciertos factores que pueden predisponer a un hombre a padecer esta infección crónica como por ejemplo:

• El alcoholismo o consumo excesivo de alcohol
• Alguna lesión en la zona del perineo
• Ciertas prácticas sexuales, como por ejemplo el sexo anal sin condón

Todas estas son situaciones que pueden provocar una congestión en la glándula prostática haciendo que proliferen las bacterias y causen la infección. La prostatitis crónica también puede venir originada por la introducción de un catéter contaminado en la vejiga que cause infección.

Sin embargo, además de la prostatitis bacteriana crónica, hay otro tipo de prostatitis crónica conocido como síndrome de dolor pélvico crónico (PC/SDPC). Es más frecuente y produce síntomas similares a la bacteriana, pero las causas que la originan no son del todo claras. Algunos de los factores o causas que pueden provocar síndrome del dolor pélvico crónico son:

• Obstrucción en el flujo de orina.
• Algunas enfermedades de transmisión sexual como la clamidia.
• Ácido úrico que irrita la próstata.
• Un ataque del sistema inmunitario contra la próstata.
• Un funcionamiento anormal de nervios o músculos.

Los síntomas de la prostatitis bacteriana crónica y del síndrome del dolor pélvico crónico son muy similares. La prostatitis suele comenzar siendo aguda y se vuelve crónica con el paso del tiempo. Ambas suelen ser afecciones leves al principio pero que se intensifican con el tiempo. Los síntomas que pueden aparecer son:

• Necesidad de orinar constantemente.
• Dificultad para comenzar a orinar. La infección normalmente causa muchas ganas de ir al baño pero dificultad para comenzar a hacer pis. Seguidamente aparecerá un flujo de orina irregular.
• Dolor al orinar.
• Una vez que has ido al baño puedes tener la sensación de que no has vaciado por completo la vejiga.
• Dolor en la zona lumbar, la parte inferior del abdomen, el área por encima del pubis o el área entre los testículos y el ano.
• Dolor al eyacular, conocido como eyaculación dolorosa.
• A veces puede producir fiebre o escalofríos.

El diagnóstico de la prostatitis crónica comienza con la revisión de síntomas por parte del médico. Es importante que le cuentes exactamente todos los síntomas que tengas y cuánto tiempo llevas con ellos. Es posible que se requiera, además, de un examen de próstata o tacto rectal para palparla y determinar si hay dolor o ha aumentado de tamaño. Si el tacto no da resultados concluyentes se realizará una ecografía.

Una vez determinada la prostatitis, para ver de qué tipo se trata, se puede realizar un análisis de orina que determinara si es bacteriana o no. Otras pruebas que podrían requerirse son:

• Análisis de sangre.
• Análisis de líquido prostático.
• Citoscopia, es decir, la introducción de un endoscopio para poder explorar la vejiga, próstata y la uretra.

Una vez concluido el resultado de prostatitis crónica se determinará el tratamiento. Suele ser una combinación de medicamentos, cambios en el estilo de vida o incluso cirugía.

Cuando la prostatitis es bacteriana suele tratarse, al igual que la aguda, con antibióticos, aunque el tiempo puede ser más prolongado. Suele durar de 6 a 8 semanas o incluso más. Es probable que a pesar de la toma de antibióticos la infección persista o incluso haya recurrencia de síntomas.

En algunos casos es necesaria una cirugía cuando el tratamiento con antibióticos no es efectivo o hay recurrencia frecuente de los síntomas. En este caso la cirugía que se realiza es una resección transuretral de la próstata, un tipo de cirugía en la que se extirpa la parte interna de la glándula prostática. Sin embargo, no suele realizarse en pacientes jóvenes ya que puede haber posibles riesgos de impotencia, incontinencia o incluso esterilidad.

Cuando no se vacía la vejiga por completo se puede requerir la inserción de un catéter suprapúbico que permita que la vejiga drene por el abdomen.

En cuanto a los cambios en el estilo de vida, además de la higiene, incluyen un cuidado de la dieta. En este caso los alimentos y bebidas que puedan irritar la bebida deberían restringirse, como son el alcohol, bebidas con cafeína o demasiados condimentos. Incluso la comida demasiado caliente o picante. Además, es muy importante beber mucho líquido, sobre todo agua, para que la micción sea más frecuente.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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