Bulto entre las costillas y el estómago: causas y tratamiento

Los lipomas son bultos formados por tejido graso que crecen lentamente entre la piel y la capa muscular. Se identifican como tumoraciones benignas que se desarrollan de manera superficial, por lo que a veces se pueden observar y palpar con facilidad. No producen dolor y suelen aparecer en cualquier parte del cuerpo, particularmente, en la espalda, hombros, cuello, brazos, muslos y entre las costillas y el estómago. Se desarrollan en distintos tamaños, desde muy pequeños hasta llegar a un tamaño considerable, fácilmente visible y palpable.

Por lo general, la causa de estas masas de grasa se asocia a factores genéticos, la obesidad, lesiones o golpes, condiciones médicas, el consumo excesivo de alcohol, entre otras razones, y suelen manifestarse en personas de mediana edad.

Normalmente, los lipomas no molestan, sin embargo, los de gran tamaño pueden doler por presionar nervios o tener muchos vasos sanguíneos.

Tratamiento

La mayoría de los lipomas no ameritan ser tratados, no obstante, aquellos de gran tamaño que produzcan dolor y limiten la movilidad de la persona, necesariamente deben extirparse por medio de la liposucción o extracción quirúrgica.

La hernia de hiato se genera cuando la parte superior del estómago se abulta o sobresale a través de una abertura en el diafragma, ocasionando que los alimentos y los ácidos contenidos en el estómago se devuelvan con facilidad hacia el esófago.

Esta hernia puede ser pequeña y no manifestar síntomas, pero cuando tiene un tamaño considerable puede provocar en la persona reflujo ácido, sensación de indigestión, hinchazón abdominal, dolor en el tórax, eructos continuos y dificultad para tragar. Además, puede sentirse un bulto entre las costillas y el estómago. Con frecuencia, las personas mayores de 50 años y fumadores suelen padecerla.

Se produce usualmente por el estiramiento de los tejidos que conectan el hiato, el esófago y el diafragma y por un aumento de presión abdominal. Esto ocurre normalmente a consecuencia de lesiones generadas por cirugía, anomalías congénitas del hiato, obesidad, tos crónica, estreñimiento o levantar peso con frecuencia.

Tratamiento

El tratamiento se establece cuando la hernia hiatal produce síntomas. Si hay reflujo, el médico tratante puede indicar medicamentos específicos que ayuden a neutralizar la producción de ácido y una alimentación baja en grasa, en la que prevalezca el consumo de carnes magras y pescados blancos, frutas maduras y vegetales. Es importante comer en porciones pequeñas y con mayor frecuencia.

Si la hernia es de gran tamaño y los malestares no se controlan con fármacos, es posible que el especialista sugiera una intervención quirúrgica para evitar complicaciones.

Los abscesos son bolsas llenas de pus casi siempre causadas por una infección bacteriana que, en ocasiones, se puede formar en el estómago, justamente entre las costillas, en la pelvis, cerca del hígado, el páncreas u otros órganos. No obstante, esta afección también puede generarse por un apéndice reventado, una perforación de ovarios, cirugías en el abdomen, una úlcera perforada o por enfermedades intestinales vesiculares.

Se desarrollan como bultos infecciosos de diferentes tamaños que se visualizan por medio de ecografías y tomografías computarizadas, especialmente, aquellos localizados en el interior del cuerpo. De esta manera, el especialista puede determinar exactamente la ubicación y precisar un diagnóstico correcto, ya que a veces puede confundirse con otras patologías.

La mayoría de las personas con abscesos manifiestan dolor agudo continuo, fiebre y malestar en general, aunque dependiendo del sitio donde se encuentre el bulto, los síntomas pueden variar o volverse más intensos provocando náuseas, falta de apetito y pérdida de peso.

Tratamiento

El tratamiento en estos casos incluye drenaje del pus y administración de antibióticos según la particularidad del microorganismo responsable de la infección. Ante esto, el drenaje puede hacerse mediante la incisión de una aguja y sonda flexible, o por cirugía, según la consideración del médico tratante. Lo importante es retirar la purulencia localizada lo más rápido posible. Asimismo, es fundamental el uso de antibióticos de manera complementaria al drenaje para evitar que se propague la infección y se produzcan complicaciones irreversibles, como una septicemia.

La eventración abdominal es causada por una mala cicatrización con respecto a una cisura efectuada en la pared abdominal durante una intervención quirúrgica. Esta situación conlleva a que se debilite la pared y por allí pueda salir contenido abdominal, causando obstrucciones.

Diversas son las causas que pueden dificultar una adecuada cicatrización de la herida y formar eventraciones, entre ellas, la obesidad, una deficiente alimentación o la ausencia de algunas vitaminas. También pueden generarse por complicaciones durante la cirugía o por una mala técnica de cierre por parte del cirujano.

La eventración se manifiesta como un bulto o tumoración que deforma la pared abdominal, justamente en donde se encuentra la cicatriz, provocando dolor intenso, inflamación y hasta fiebre.

Tratamiento

Esta patología es tratada con cirugía abierta o laparoscopia, previa a una valoración y consideración médica, para evitar complicaciones como el atrapamiento de las vísceras en un orificio estrecho.

Actualmente, el especialista utiliza mallas o prótesis de pared abdominal que permiten reforzar anatómicamente el daño abdominal.

Los quistes mesentéricos son tumoraciones benignas raras que contienen líquido y tejido membranoso. Aparecen en el área abdominal involucrando el intestino delgado y, en ocasiones, según su tamaño, pueden ubicarse entre las costillas o tomar gran parte del abdomen incluso.

Su origen no está bien definido, sin embargo, suelen surgir por la obstrucción de los conductos linfáticos, enfermedades congénitas, divertículos, cirugías y enfermedad pélvica.

La sintomatología de estos quistes no es inmediata, por lo general, aparece cuando el tumor o bulto crece lo suficiente para provocar dolor intenso en el área abdominal, náuseas, vómitos y estreñimiento.

Tratamiento

Es posible eliminar el quiste mesentérico a través de la aspiración y recesión parcial de su contenido. Sin embrago, existe la posibilidad de que aparezca nuevamente, por ello, el especialista recomienda según la particularidad del caso, eliminarlo por medio de la cirugía para garantizar una extirpación completa del mismo.

La apófisis xifoides corresponde a la parte inferior del esternón, donde se insertan los músculos del abdomen y de algunos ligamentos que participan en el proceso de la respiración. Es una estructura ósea pequeña y sobresaliente que puede sufrir fracturas, inflamación, formación de bultos o tumores y afectar a cualquier tejido.

Los bultos en esta área del cuerpo no son frecuentes, no obstante, cuando aparecen suelen ser malignos y comprometen a otros órganos cercanos. Por lo general, se manifiesta en personas de edad avanzada y tiene una mayor prevalencia en los hombres.

Estas tumoraciones pueden variar de tamaño y crecer progresivamente sin generar molestias hasta que el tumor haya avanzado. No obstante, provoca en la persona dolor en el tórax y la parte media del abdomen, fiebre, escalofríos, edema local y problemas respiratorios.

Tratamiento

Estos casos son complejos tratarlos, normalmente, el especialista sugiere la cirugía para extirpar en la medida de lo posible el bulto o tumor. En ocasiones, es necesario reconstruir la pared torácica y realizar quimioterapia y radioterapia si fuese el caso de lesiones malignas.

El cáncer de estómago tiene que ver con el crecimiento desmedido de células en esta zona del cuerpo, que puede iniciar en la parte media superior del abdomen, justo debajo de las costillas o junto a la unión gastroesofágica, y formar una masa o bulto de crecimiento progresivo.

Este tipo de tumor no se palpa ni se ve inmediatamente, sino que la mayoría se encuentran cuando la enfermedad está avanzada y aparecen los malestares como dolor abdominal agudo, vómitos, heces negras, sensación de saciedad después de comer pequeñas porciones, pérdida de peso y fatiga.

Diversos son los factores de riesgo que pudieran estar vinculados al desarrollo de esta enfermedad, entre ellos, padecer de gastritis atrófica crónica, mantener una alimentación rica en conservantes de nitritos y nitratos, fumar, tener antecedentes familiares de cáncer de estómago, entre otras razones.

Tratamiento

Según la particularidad del caso, el especialista plantea las alternativas de tratamiento más idóneas y factibles para el paciente, tomando en cuenta los beneficios, los posibles riesgos y efectos secundarios.

Las opciones de tratamiento principales se centran en la cirugía para extraer el tumor, parte del estómago y todo los ganglios cercanos, aunque esto dependerá del tipo y la etapa del cáncer.

Asimismo, la quimioterapia y radioterapia pueden ser recomendadas para tratar esta enfermedad, según la situación clínica del paciente, con la finalidad de reducir el tumor o evitar que sigan reproduciéndose células cancerosas.

La inmunoterapia también es recomendada para tratar el cáncer de estómago, específicamente, cuando está muy avanzado. Por lo general, se indica junto con la quimioterapia.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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