Causas de inflamación en las axilas
La aparición de hinchazón o un bulto en la axila es algo que suele asustarnos. Sin embargo, las causas que lo originan, a menudo relacionadas con los ganglios linfáticos que se encuentran bajo el brazo, no siempre son preocupantes. El 80% de los motivos por los que la axila puede inflamarse no son graves, pero sí es cierto que ante su aparición es importante consultar al médico para descartar posibles complicaciones.
Las causas de esta cuestión son muy diversas, y van desde una infección bacteriana o una enfermedad viral hasta un cáncer. En este artículo de ONsalus te contamos cuáles son las causas de inflamación en las axilas.
Inflamación de los ganglios linfáticos
Se trata de una de las causas más comunes. Los ganglios linfáticos están presentes en diversas partes del cuerpo, entre ellas las axilas, y su función es ayudar al organismo a combatir infecciones, microbios y otras sustancias. Cuando lo hacen, aumentan de tamaño y pueden palparse con facilidad.
Los ganglios linfáticos de la axila pueden inflamarse por distintos motivos, entre ellos los siguientes:
- Enfermedades infecciosas leves, como el resfriado o la amigdalitis.
- Infecciones bacterianas como sífilis, tuberculosis y salmonelosis.
- Infecciones víricas como mononucleosis, rubéola o VIH.
- Enfermedades reumáticas o autoinmunes, como artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico y sarcoidosis.
Ante la inflamación de los ganglios, el médico deberá analizar el líquido linfático para averiguar el origen, mediante una punción en el bulto de la axila.
Forunculosis
Un furúnculo es una infección cutánea profunda, originada en un folículo piloso o glándula sebácea. A menudo, la causa es un vello enquistado que no permite la salida del sudor, cuando esto ocurre, la zona infectada se presenta enrojecida y se desarrolla un nódulo o protuberancia que puede ser dolorosa. Con el paso de los días, el pus puede ir acumulándose en su interior, de manera que el bulto tome un color blanquecino.
A pesar de no ser nada grave, puede resultar molesto. En ocasiones, el furúnculo desaparece por sí solo, pero en otras puede enquistarse de manera más intensa y requerir tratamiento, normalmente mediante antibióticos.
Por lo general, las personas suelen ser más o menos propensas a sufrir esta afección, de manera que si te ha aparecido en alguna ocasión, es probable que se repita. Existen una serie de cremas antisépticas que mantienen la piel más limpia de bacterias, pero lo mejor es procurar una buena limpieza de las axilas con exfoliantes y desodorantes no muy agresivos.
Linfoma
Sin embargo, el cáncer también es una posibilidad. Un ganglio linfático puede inflamarse por culpa de la aparición de un linfoma maligno, como ocurre en la enfermedad de Hodgkin, el linfoma no Hodgkin o la leucemia linfocítica. Se trata de una serie de cánceres que tienen su origen, principalmente, en un tipo de glóbulos blancos llamados linfocitos B, los cuales se encargan de proteger al cuerpo de gérmenes mediante la producción de anticuerpos.
Hay que tener en cuenta que, habitualmente, los linfomas provocan también unas décimas de fiebre, problemas de sueño, pérdida de peso y mucha sudoración, en especial por la noche; no obstante, estos síntomas no siempre aparecen. El cáncer tiene tratamiento y por lo general es muy efectivo: la supervivencia de este tipo de linfoma es de entre el 70 y el 90%.
De nuevo, te recomendamos que consultes con tu médico si detectas un bulto en tu axila, pero procura mantener la calma y no alarmarte; las posibilidades de que resulte un linfoma son bajas.
Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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