Enfermedad inflamatoria pélvica: síntomas, causas y tratamiento
La enfermedad inflamatoria pélvica (EPI) es una inflamación e infección del útero, las trompas de Falopio y los ovarios que compromete la salud de estos órganos reproductivos femeninos y que suele estar ocasionada por una infección de carácter bacteriano. La mayoría de veces es una complicación de algunas enfermedades de transmisión sexual mal tratadas, motivo por el que es tan importante protegerse debidamente al mantener relaciones sexuales y realizarse los exámenes ginecológicos necesarios de forma periódica. Así mismo, es fundamental tratar la EPI de manera temprana y con los medicamentos adecuados para evitar posibles complicaciones y llegar a presentar dificultades para quedar embarazada u otros problemas de salud graves. Para conocer todos los detalles acerca de esta afección, en este artículo de ONsalus explicamos cuáles son los síntomas, las causas y el tratamiento de la enfermedad inflamatoria pélvica, así como las medidas de prevención idóneas.
Síntomas de la enfermedad inflamatoria pélvica
En algunos casos, la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) no causa síntomas o estos son muy leves, por lo que es posible que la mujer afectada no sea consciente de su padecimiento hasta que se someta a una revisión ginecológica. Sin embargo, en otros casos la infección sí que puede ser sintomática y ocasionar una serie de síntomas que pueden variar en gravedad de una mujer a otra y según cuál sea el origen del problema. A continuación, detallamos cuáles son los síntomas más comunes de la EIP:
- Dolores en la parte baja del abdomen: puede ser leve en un inicio e ir aumentando en intensidad de manera progresiva, así como acentuarse al realizar movimientos o al ejercer presión en el abdomen.
- Fiebre: puede ser variable, es decir mantenerse en los 38ºC o aumentar hasta llegar a los 40ºC.
- Flujo vaginal anormal y con un olor desagradable.
- Dolores y sangrado durante las relaciones sexuales.
- Sangrado vaginal entre periodos menstruales.
- Molestias o escozor al orinar.
Además de los anteriores, se pueden presentar otros síntomas como náuseas y vómitos, escalofríos, debilidad, micción frecuente, pérdida de apetito, irregularidades en la menstruación y cólicos menstruales muy dolorosos o con una duración mayor a la habitual.
Causas y factores de riesgo de la enfermedad inflamatoria pélvica
La enfermedad inflamatoria pélvica está causada por una infección bacteriana, la cual suele empezar en la vagina y el cuello uterino y extenderse, posteriormente, hasta el útero, los ovarios o las trompas de Falopio.
La mayoría de ocasiones, la EIP es consecuencia de enfermedades de transmisión sexual, como la clamidia y la gonorrea, las cuales se contraen al mantener relaciones sexuales con personas infectadas, pues durante el contacto sexual, esas bacterias ingresan al cuerpo femenino propagándose al cuello uterino y ocasionando la infección. En algunos casos, la infección se produce por más de un microorganismo a la vez, por lo que son polimicrobianas.
Además de estas infecciones de transmisión sexual que son la causa de EIP más frecuentes, también se observan casos en los que las bacterias responsables entran al organismo de la mujer por otros motivos o condiciones, como por ejemplo durante el parto, al insertar un dispositivo intrauterino (DIU), durante un aborto o un aborto espontáneo y durante la realización de una biopsia del endometrio.
Factores de riesgo
Hay mujeres que tienen más posibilidades de contraer la EIP que otras, seguidamente detallamos cuáles son los factores de riesgo:
- Ser una mujer activa sexualmente y tener 25 años o menos.
- Tener más de una pareja sexual.
- No utilizar preservativo durante las relaciones sexuales.
- Padecer una ETS y no tratarse adecuadamente.
- Haber padecido la EIP con anterioridad.
- Usar duchas vaginales.
- Colocación reciente del DIU.
Diagnóstico de la enfermedad inflamatoria pélvica
Ante el manifiesto de cualquier de los síntomas mencionados en el primer apartado, es fundamental acudir al ginecólogo lo antes posible. No existe una prueba médica específica para diagnosticar la enfermedad inflamatoria pélvica, sino que su detección se realizará mediante la combinación de la exploración física de la paciente, su historial clínico y los resultados de diversos exámenes médicos.
Mediante una exploración de la región pélvica y el tacto vaginal, el ginecólogo puede buscar y analizar síntomas como sangrado del cuello uterino, flujo vaginal, dolores al palpar el cuello uterino o sensibilidad extrema en los ovarios, el útero o las trompas de Falopio. Además, de esto es posible que se recomiende la realización de determinadas pruebas médicas, como ecografías, análisis de sangre y cultivos de la vagina y del cuello de útero.
Tratamiento de la enfermedad inflamatoria pélvica
Al ser una enfermedad causada por una infección bacteriana, el tratamiento dela EIP consiste en la administración de fármacos antibióticos. Estos deben tomarse siguiendo atentamente las indicaciones médicas y respetando en todo momento tanto la dosis recomendada como la duración del tratamiento, pues debe continuarse aunque hayan desaparecido los síntomas.
Además de lo anterior, es importante que la paciente afectada informa sus parejas sexuales recientes del padecimiento de esta infección para que puedan realizarse una prueba e iniciar también el tratamiento oportuno en caso de que sea necesario. Así mismo, se deben suspender las relaciones sexuales hasta que la infección se haya curado por completo y el médico así lo indique.
Por lo general, la mayoría de pacientes con EIP pueden curarse mediante un tratamiento ambulatorio, ahora bien, si la sintomatología es muy grave se puede requerir la hospitalización y los antibióticos se administrarán por vía intravenosa. Solo en aquellos casos en los que se produzca un absceso de los ovarios o las trompas de Falopio, será necesaria una intervención quirúrgica.
Complicaciones de la EIP
Cuando la infección no se trata como es necesario y no se diagnostica de manera temprana, puede avanzar considerablemente y derivar en complicaciones como:
- Infertilidad.
- Embarazo ectópico.
- Dolores pélvicos crónicos.
- Obstrucción de las trompas.
Cómo prevenir la enfermedad inflamatoria pélvica
La única forma de prevenir la enfermedad inflamatoria pélvica es evitando mantener relaciones sexuales con una persona infectada. Por ello, es esencial usar preservativo en todas las relaciones para reducir el riesgo de infección y asegurarse de que la otra persona no sufre ningún tipo de enfermedad de transmisión sexual.
Por otro lado, es importante someterse a las revisiones ginecológicas periódicas y realizarse exámenes de detección de enfermedades venéreas de manera regular.
Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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