Síndrome de congestión pélvica: síntomas y tratamiento
Los motivos por los cuales una mujer asiste a consulta con su ginecólogo pueden ser muy diversos, yendo desde consultas prenatales hasta hemorragia y dolor menstrual. En ocasiones, el diagnóstico definitivo de una enfermedad se alcanza no al relacionar los síntomas con esa enfermedad en específico, sino al descartar la posibilidad de que alguna otra enfermedad pueda causar dichos síntomas. Cuando una mujer que ha tenido varios partos presenta un dolor constante localizado en la región pélvica, que no logra ser asociado con ninguna otra enfermedad, se puede pensar que se trata del síndrome de congestión pélvica. En este artículo de ONsalus te daremos información relacionada con el síndrome de congestión pélvica: síntomas y tratamiento.
Qué es el síndrome de congestión pélvica
Por síndrome de congestión pélvica, se entiende a una de las principales causas de dolor pélvico en las mujeres, el cual no puede ser atribuido a alguna otra condición evidente, y se relaciona con una distribución anormal de las venas de la región, también llamado varicocele femenino o varices pélvicas, que produce una deficiente distribución de la sangre y, como consecuencia, el síndrome. Afecta principalmente a las mujeres que han tenido varios partos y con antecedentes familiares de varices.
Causas del síndrome de congestión pélvica
Si bien no está del todo esclarecido, la mayoría de las investigaciones apuntan a que la distribución deficiente de las venas pélvicas se debe a diversos factores que se combinan para causarla, entre los cuales resalta el factor mecánico relacionado al aumento de la demanda venosa durante el embarazo, lo cual puede ser suficiente para producir cambios en las venas. Durante el embarazo, además, aumenta la cantidad de vasos sanguíneos en el útero, los cuales en ciertos casos permanecen hasta después del parto, y algunas de las venas formadas pueden dilatarse y alterar el flujo sanguíneo, pudiendo producir así el síndrome.
Otra posible causa es la presencia de defectos o ausencias de ciertas venas, lo cual puede causar un reflujo en las venas presentes, contribuyendo al desarrollo de los síntomas. Las hormonas, en particular el estrógeno, también se ha relacionado con la aparición del síndrome al producir una vasodilatación, lo que hace que las venas no puedan impedir el reflujo de la sangre con eficiencia y, con ello, el empeoramiento del síndrome.
Síntomas del síndrome de congestión pélvica
El síntoma mas característico del síndrome de congestión pélvica es un dolor en el área de la pelvis que no se logra relacionar con ninguna otra causa. Este dolor es crónico con una evolución superior a 6 meses, constante y de localización principal en el área correspondiente a los ovarios. El coito puede ser doloroso y pueden haber otras alteraciones como hemorragia y dolor excesivo con la menstruación y alteraciones urinarias.
En la región de la vulva, los muslos y los glúteos pueden aparecer varices, mientras que la región del cérvix se torna azulada debido a la congestión de sangre venosa.
Tratamiento para el síndrome de congestión pélvica
Para planificar un tratamiento adecuado para cada caso, el primer y más importante paso es hacer un correcto diagnóstico y descartar que los síntomas sean causados por alguna otra alteración. Para ello, se hace necesario correlacionar la historia médica del paciente, la exploración física, las características del dolor y los estudios diagnósticos, como por ejemplo ecografías pélvicas o transvaginales, eco doppler de venas ováricas, tomografía computarizada, laparoscopia, y la venografía selectiva ovárica, que es más certera para estos casos.
Una vez diagnosticado, existen varias opciones para el tratamiento de las varices pélvicas. La primera es la implementación de medicamentos para tratar de estabilizar el flujo sanguíneo en el área de congestión, para lo que se pueden utilizar anticonceptivos con predilección por el acetato de medroxiprogesterona, agentes flebotónicos como flavodato disódico, diosmina, extracto de semilla de uva y centella asiática, y vasoconstrictores selectivos como la dihidroergotamina.
La segunda opción de tratamiento, y la que goza de mayor tasa de éxito para la resolución del síndrome de congestion pélvica, es la intervención quirúrgica. Se pueden realizar distintos procedimientos, como por ejemplo la obliteración de las venas ováricas por laparoscopia, ligadura de venas vía abierta, ventrosuspencion uterina y técnicas más recientes, como la embolización percutánea de vasos venosos pélvicos.
Sin importar qué tipo de tratamiento se decida llevar a cabo, existe la posibilidad de implementar además la toma de antidepresivos y psicoterapia debido a que desde siempre se ha relacionado un componente emocional con esta condición.
Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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