Sensación de descargas eléctricas en la cabeza: causas y tratamiento

En el ciclo menstrual de la mujer ocurren cambios hormonales, específicamente, en los niveles de estrógeno y progesterona. Este desequilibrio transitorio, muchas veces, provoca en ellas dolor de cabeza intenso, con sensación de descarga eléctrica durante y después del ciclo. También, es muy frecuente este síntoma en el proceso de menopausia debido al bajo nivel de las hormonas.

Este malestar de cabeza puede pasar de un lado al otro y volverse agudo, a tal punto de interferir en la rutina de la mujer, acompañado, además, de náuseas, fatiga, sensibilidad a la luz y diarrea.

Tratamiento

Dependiendo de la intensidad del dolor de cabeza, se establece el tratamiento. Por lo general, los analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno o naproxeno, alivian el malestar.

En casos de que el dolor no mejore con estos medicamentos, el médico tratante suele recomendar terapia hormonal antes del ciclo menstrual para equilibrar los niveles hormonales. También puede indicar suplemento de estrógenos.

Una crisis hipertensiva se asocia a un aumento repentino y grave de la presión arterial, con cifras superior a 120 mmHg de la PA diastólica, y 210 mmHg de la PA sistólica. Esto puede desencadenarse a causa de un mal control de la presión arterial alta, suspensión de tratamiento hipertensivo, edad avanzada, obesidad, alcohol, drogas, uso de fármacos vasopresores o embarazo.

Esta patología se diferencia entre crisis hipertensiva de urgencia y emergencia, tomando en cuenta los valores de presión arterial por encima de 180/110-120 mmHg. Ambas situaciones son de cuidado, ya que pueden poner en riesgo la vida del paciente, sin embargo, las emergencias hipertensivas son más peligrosas, puesto que lesionan de forma aguda los “órganos diana”, comprendidos por el corazón, cerebro y riñón, por lo que amerita hospitalización inmediata.

La sintomatología de esta enfermedad es amplia, generalmente, las personas presentan dolor de cabeza intenso, con sensación de descargas eléctricas, molestas visuales, mareos, alteraciones del pulso, etc. En situaciones más graves, puede aparecer alteración del nivel de la conciencia, dolor torácico, convulsiones, arritmias, entre otros malestares.

Tratamiento

Normalmente, las urgencias hipertensivas se tratan con medicamentos antihipertensivos de vida media corta, administrados por vial oral, y reposo prolongado, al menos por 48 horas. Es necesario, un seguimiento o control ambulatorio hasta que lo considere el médico tratante.

En caso de emergencias hipertensivas, es necesaria la hospitalización del paciente para la monitorización intensiva de signos vitales, ya que está en riesgo su vida. Ante esta situación clínica, el tratamiento se centra en fármacos endovenosos para una reducción rápida de presión arterial y alcanzar un nivel seguro durante las primeras 24 horas. No obstante, el tratamiento es particular a cada paciente, según su estado y condición de salud.

La hemorragia subaracnoidea es una enfermedad potencialmente mortal, que tiene que ver con un sangramiento repentino dentro del tejido que recubre el cerebro y el espacio que lo rodea, debido a la ruptura de un bulto anormal en un vaso sanguíneo, conocido como aneurisma.

Este sangrado puede ocurrir por traumatismos, malformación arteriovenosa u otros problemas en los vasos sanguíneos.

Ante esta situación, la persona sufre de fuertes dolores de cabeza con sensación de descargas eléctricas, náuseas, vómitos, problemas en la vista, y pérdida del conocimiento breve. Si no se trata con rapidez puede causar daño cerebral permanente o la muerte.

Tratamiento

El tratamiento inicialmente se basa en estabilizar el estado del paciente en cuanto a la respiración, presión arterial y flujo sanguíneo. Según la consideración del especialista, puede indicar analgésicos y antiinflamatorios, que no tengan efectos anticoagulantes, laxantes y bloqueadores de calcio.

Según la particularidad del caso, el médico tratante puede recomendar cirugía, embolización endovascular u otros tratamientos afines, con la intención de reducir el flujo sanguíneo, hacia el interior del saco del aneurisma.

El accidente cerebrovascular (ACV) sucede cuando el flujo de la sangre se interrumpe en una parte del cerebro, impidiendo que el tejido se oxigene y, en consecuencia, muera las células cerebrales ocasionando un daño cerebral permanente, discapacidad a largo plazo y hasta la muerte.

Puede comenzar de manera gradual o súbita, como lo refiere una investigación científica^[1]. Si la circulación cerebral se recupera pronto, en menos de 2 horas, tiene que ver con un accidente isquémico transitorio, en el que la capacidad funcional se recupera por completo; mientras que si el accidente cerebrovascular es hemorrágico, el daño es predominante, ya que se rompe un vaso sanguíneo o arteria, ocasionando lesiones funcionales irreversibles.

Diversos factores pueden desencadenar esta afección, como la hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, diabetes, alcoholismo, drogas y obesidad. Los síntomas más habituales incluyen dolor de cabeza muy intenso, distinto del habitual, con sensación de descarga eléctrica, pérdida de visión en un ojo, hormigueo en la mitad del cuerpo, dificultad para hablar y pérdida de fuerza en la mitad del cuerpo.

Tratamiento

El paciente con un ACV debe ser atendido por un neurólogo. Normalmente, el especialista en la fase aguda de esta patología indica tratamiento para disolver los trombos que se han formado por medio de fármacos fibrinolíticos, por vía venosa o arterial.

En ocasiones, según la particularidad del caso, el médico tratante puede recomendar una intervención quirúrgica o una embolización para reparar daño arterial.

La meningitis tiene que ver con la inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, que puede deberse a una causa infecciosa viral, bacteriana o por hongos.

Frente a estas infecciones, las bacterianas son las más complicadas, y amerita tratarlas con urgencia. El neumococo y el meningococo son las bacterias responsables, que normalmente penetran al organismo por la nariz o la boca y se trasladan al cerebro.

Cualquier persona de cualquier edad puede padecerla, sus síntomas iniciales suelen confundirse con los típicos malestares de la gripe, pero con el paso de los días, comienzan a aparecer otros malestares como fiebre alta, dolor de cabeza intenso, con sensación de descarga eléctrica, sensibilidad a la luz, rigidez en el cuello, convulsiones y vómitos.

Esta enfermedad es grave y puede ser mortal en pocos días si no se atiende a tiempo.

Tratamiento

Normalmente, la meningitis viral se cura sin problema en contraste con la meningitis bacteriana. El tratamiento debe ser rápido, centrado en la administración de antibióticos de manera intravenosa.

Según la condición del paciente, el especialista suele indicar antibióticos de amplio espectro para después de los resultados del cultivo y antibiograma ajustar el tratamiento a medicamentos específicos pertinentes, con la intención de minimizar la posibilidad de daño cerebral permanente, secuelas graves o la muerte.

La esclerosis múltiple es una patología autoinmune que daña el sistema nervioso central, específicamente el cerebro y la médula espinal, provocando daños irreversibles.

No hay una causa establecida asociada a este trastorno neurológico, sin embargo, una alteración genética, con un factor ambiental infeccioso o no, puede ocasionar alteración de la pared de los vasos intracerebrales y generar daños en el sistema nervioso.

La sintomatología de esta enfermedad se manifiesta con fatiga extrema, visión deteriorada, dolor de cabeza con sensación de descargas eléctricas, pérdida del equilibrio, debilidad generalizada y trastornos del habla.

Tratamiento

No existe cura para esta enfermedad, sin embargo, existen tratamientos para aliviar los síntomas y retardar el progreso de la enfermedad. Entre ellos, se contemplan medicamentos corticoesteroides, como prednisona oral, y otros por vía intravenosa, como la metilprednisolona, para ayudar a reducir la inflamación.

En casos graves que no responden al tratamiento con esteroides, el médico tratante suele indicar intercambio de plasma o Plasmaféresis.

Asimismo las terapias físicas, del habla y rehabilitación cognitiva, forman parte del esquema de tratamiento para ayudar a restaurar el movimiento, la comunicación verbal y la capacidad de pensamiento.

La neuralgia del nervio occipital se debe a una inflamación o lesión de los nervios occipitales, que son aquellos que se extienden hasta el cuero cabelludo, desde la parte superior de la médula espinal.

Los traumatismos, ciertas infecciones y las contracturas musculares pueden desarrollar este tipo patología, provocando fuerte dolores en la parte posterior de la cabeza, que pueden presentarse de forma continua o con intermitencia, con sensación de descarga eléctrica.

Por lo general, se manifiesta de manera unilateral, por lo que se siente de un solo lado del cuerpo y se presenta con mayor frecuencia en las mujeres.

Tratamiento

Normalmente, el tratamiento de esta afección se inicia con el uso de analgésicos para aliviar el dolor como la Pregabalina o Gabapentina. Son medicamentos con buenos efectos terapéuticos. Asimismo, el especialista puede indicar inyección de anestésicos locales como la lidocaína para conseguir un efecto más rápido.

En ciertas circunstancias, el médico tratante puede sugerir terapias alternativas como termorregulación por radiofrecuencia y descompresión quirúrgica del nervio para aliviar por completo el dolor.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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