Por qué me falla una pierna al andar

Si no sueles practicar actividad física y llevas una vida sedentaria, si sufres de una enfermedad crónica o has perdido peso abruptamente, puede que tus músculos estén más débiles. También se produce en quienes deben pasar largo tiempo en cama, por ejemplo.

Esta debilidad puede ser progresiva y no necesariamente se asocia a la edad, sino más bien a los hábitos poco saludables. Comer alimentos procesados, el alcohol, el tabaco y el sedentarismo son algunas de las causas más frecuentes de este problema.

¿Qué hacer?

Revisar tus hábitos es clave para que tus músculos puedan ir recobrando fuerza. La digestión suele estar alterada como primera manifestación, y es el punto clave para que tu cuerpo pueda recibir los nutrientes de manera adecuada. El ejercicio, el descanso adecuado y el consumo de alimentos y sustancias más saludables te ayudarán a poner tu cuerpo en orden.

Si has practicado algún tipo de actividad física demasiado intensa para tu capacidad es posible que los músculos de tu pierna estén cansados.

Puedes sentir dolor en las piernas, debilidad y hasta pueden presentarse calambres. Usualmente, esas molestias aparecen dentro de los dos primeros días del esfuerzo muscular y persisten por poco tiempo más.

También puedes sentir fatiga muscular en todo tu cuerpo si padeces alguna enfermedad más general como, por ejemplo, una infección o fiebre.

¿Qué hacer?

Es importante darle a tu cuerpo el descanso que necesita. Alimentarte sanamente y beber agua son dos pilares para que tu cuerpo se recupere más rápido, además de sostenerte para que puedas seguir practicando actividad física.

Además, puedes:

• Aplicar calor.
• Realizar masajes.
• Tomar un antiinflamatorio.
• Optar por una opción analgésica natural (como la infusión de jengibre en polvo).

Te aconsejo que midas los esfuerzos que efectúas durante el ejercicio. Es conveniente practicarlo según tu condición física. Por otro lado, es mejor que cada día hagas un poco de ejercicio y no te excedas en una o dos sesiones semanales. De esa manera será menos probable que te lesiones y tu cuerpo obtenga una mejor condición.

Si el esfuerzo fue excesivo, no habías precalentado, sufriste un golpe o tu organismo no está en buenas condiciones, es probable que la molestia que sientas en tu pierna a nivel muscular sea una lesión, una contractura o un desgarro son los más frecuentes.

En ambos casos, notarás dolor de piernas en el momento de la lesión y que empeora después de la actividad. Un desgarro muscular suele acompañarse de un hematoma e hinchazón de la zona, un calambre es bien abrupto en cuanto a sus síntomas, pero cuando masajeas o aplicas calor la molestia va cediendo.

Los calambres frecuentes pueden presentarse cuando existe algún déficit de nutrientes en el organismo o bien ante el uso de algunos fármacos (como alguna medicación para el colesterol o los diuréticos).

¿Qué hacer?

Es importante saber qué está sucediendo, por lo cual una opinión profesional suele ser muy útil para saber qué debes hacer.

En caso de desgarro, se suele indicar la aplicación de frío (aunque en esto existe controversia, algunos fisioterapeutas aconsejan no aplicarlo para que las propias sustancias de la inflamación ayuden a sanar el músculo más rápidamente).

Por el contrario, ante una contractura es mejor aplicar calor, realizar masajes para mejorar la circulación en el músculo afectado y estirar cuando sientas que puedes hacerlo.

Si el problema se repite con frecuencia, es aconsejable que revises tus hábitos y visites a una o un profesional médico.

Los trastornos en la circulación de las piernas pueden generar esa sensación de que te falla al andar una de ellas o ambas.

Estos problemas pueden ser por mala circulación venosa o bien por un problema arterial.

Cuando el trastorno se asienta en las venas suelen sentirse las piernas cansadas, pueden hincharse las mismas y es común que se presente en personas que están mucho de pie. Pueden verse pequeñas "arañitas" o incluso várices más notorias.

Cuando se trata de una situación de más gravedad, pueden generarse trombos a nivel de las varices. Esto es frecuente en quienes pasan mucho tiempo en la cama y no se mueven, o bien si se ha atravesado una cirugía importante. Algo que empeora el riesgo es el tabaco, por ejemplo.

En cambio, cuando el problema se asienta a nivel arterial, el dolor es el protagonista. Este suele manifestarse ante el esfuerzo, aunque sea de poca intensidad (por ejemplo, caminar).

¿Qué hacer?

Reposo en el momento del dolor y buscar la causa cuando te sientas mejor es lo más importante.

Ante los problemas circulatorios venosos crónicos, se recomienda el uso de medias compresivas y, sobre todo, la práctica de ejercicio moderado frecuente.

Si el problema tiene un origen arterial es clave detectar si existe algún tipo de problema crónico en las arterias o bien si el fallo vascular es a nivel general, ya que puede ser signo de que el corazón está teniendo problemas.

Por la columna vertebral discurren los nervios que llevan y traen información de todo el cuerpo. La zona baja de la espalda es por donde discurren los que se relacionan con las piernas. Si en la comuna lumbar o sacra hay un trastorno, puede manifestarse primeramente en las piernas, ya sea como dolor o debilidad, incluso puedes solo sentir que te falla una pierna al andar.

Algunas de las posibles causas son:

• Traumatismo, golpe o contractura muscular en la zona de la columna.
• Hernia discal.
• Compresión sobre la médula espinal, por ejemplo, de un tumor.

¿Qué hacer?

Recurrir a tu médico o médica de confianza es importante para saber por qué estás sintiendo esas molestias y encontrar el tratamiento más apropiado.

Los nervios que discurren por la columna y llegan o salen de las piernas también pueden afectarse por problemas agudos o crónicos.

Una intoxicación con medicamentos, alcohol o drogas, problemas en el recubrimiento de los nervios, diabetes, enfermedades inmunitarias, por ejemplo, pueden ocasionar una debilidad progresiva en los músculos, además de otros síntomas como:

• Dolor de piernas.
• Hormigueos.
• Entumecimiento.
• Sensación de calor o ardor.
• Pérdida de sensibilidad.

Dos problemas que suelen descartarse en estos casos son el Síndrome de Guillain Barré y la esclerosis múltiple, ambas enfermedades autoinmunitarias, que no suelen ser tan frecuentes aunque sí pueden volverse crónicas y es mejor detectar prontamente.

¿Qué hacer?

Si notas uno o varios de los síntomas es conveniente que acudas a un centro de salud y realices una consulta profesional para que se evalúe tu caso. El retraso en el diagnóstico a veces puede hacer más difícil la solución.

Puedes aplicar un suave calor en la zona que te molesta y buscar hábitos más saludables que ayuden a tu recuperación, pero sin perder de vista la búsqueda de la causa de tus molestias.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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