Vitamina D3: para qué sirve, beneficios y contraindicaciones

Como hemos avanzado, la vitamina D3 es una provitamina que el organismo es capaz de generar tras la exposición solar, aunque podemos adquirirla a través de otras fuentes, como algunos alimentos (aunque en muy pequeñas cantidades) y los complementos alimenticios, que son los que sí nos van a asegurar un aporte suficiente. ¿Por qué es importante que controlemos la vitamina D3 de nuestro organismo? Porque interviene en diversas funciones fisiológicas, presentando propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuroprotectoras.

• Favorece el buen funcionamiento del sistema inmune, que es el que nos permite defendernos de los patógenos externos y, por lo tanto, combatir las enfermedades y prevenir las alergias, manteniendo nuestra salud. Puede ser necesario un complemento alimentario de vitamina D3 sobre todo en las épocas de frío o cambios de tiempo cuando solemos ser más propensos a padecer distintas afecciones que ponen a prueba nuestras defensas, como las gripes y los resfriados.
• Contribuye a la buena salud de los huesos, previniendo enfermedades como la osteoporosis, que es una dolencia en la que los huesos pierden densidad y, por lo tanto, son más propensos a fracturarse, o la osteomalacia, un reblandecimiento de los huesos, precisamente debido a la falta de vitamina D, que es la que ayuda a la absorción del calcio, responsable de su dureza. En niños, su carencia puede resultar en raquitismo. En este sentido, también contribuye al buen estado de los dientes.
• Otras funciones de gran importancia en las que la vitamina D3 cuenta con un papel destacado son el control de la presión arterial, la transmisión de impulsos nerviosos, la actividad de las células cerebrales, la coagulación de la sangre, la reproducción, afectando a la espermatogénesis y a la secreción de hormonas de los ovarios, y la gestación, previniendo diferentes patologías, como la preeclampsia o la diabetes gestacional.

Como vemos, es importante asegurarnos el aporte suficiente de esta vitamina para sentirnos bien, de ahí que, en ocasiones, sea necesario recurrir a un complemento alimenticio, ya que la exposición al sol o la dieta pueden no proporcionarnos toda la que nuestro organismo requiere. Una carencia de vitamina D3 puede traducirse en trastornos inmunológicos y/u óseos, mayor cansancio y debilidad, problemas bucales, como la caries o el sangrado de encías, o dificultades para dormir.

Vistas sus funciones principales, podemos resumir los beneficios de la vitamina D3 en este listado:

• Ayuda al buen funcionamiento del sistema inmune, mejorando nuestras defensas ante los patógenos y previniendo las alergias.
• Contribuye al mantenimiento de unos huesos fuertes y sanos, que serán menos susceptibles a las fracturas. También protege las piezas dentales y las articulaciones.
• Colabora en el trabajo correcto de la musculatura y de los nervios, facilitando la movilidad.
• Favorece la absorción y el uso de minerales tan importantes como el calcio y el fósforo. Hay que recordar el papel fundamental del calcio en el mantenimiento de la dureza y la fuerza de los huesos.
• Participa en los mecanismos de coagulación de la sangre.
• Interviene en los procesos de reproducción y gestación.

Nuestro organismo requiere unas cantidades concretas de vitaminas, lo que quiere decir que no conviene ni quedarse corto ni pasarse. Así, la vitamina D3 suplementada en las cantidades adecuadas se considera segura, es decir, no va a provocar ningún efecto adverso, pero una sobredosis sí podría generar algunos trastornos, como, por ejemplo, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, adelgazamiento, estreñimiento, sensación de debilidad, confusión, desorientación, alteraciones en el ritmo del corazón o problemas en los riñones, como la formación de cálculos. Fuera de los casos de sobredosificación, existen algunas contraindicaciones a la suplementación con vitamina D3. Son las siguientes:

• Personas que padecen problemas renales, hepáticos o en el colon, pues no van a ser capaces de absorber la vitamina D3 correctamente.
• Pacientes que siguen un tratamiento con anticoagulantes.
• Enfermos de hipercalcemia, es decir, aquellos con niveles de calcio en sangre por encima de lo que se considera normal.

Se recomienda que consulten con su médico antes de comenzar la suplementación con vitamina D3. En general, si se está tomando algún tratamiento farmacológico, habría que comentarlo con el médico para asegurarnos de que no existe ninguna interacción entre principios activos.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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